viernes, 17 de julio de 2015

¿LA VIDA ES SUEÑO?

He visto morir a mucha gente. Cada persona lo convierte en un acto singular, pero siempre injusto, en el sentido de inoportuno. De todas las formas, la más elegante (la más deseable) es cuando entre el sueño y la muerte apenas hay solución de continuidad. La prolongación eterna de la inconsciencia (¿Qué diferencia hay? Ninguna). En esos afortunados casos, desprovistos de angustia vital o sufrimiento, la muerte sólo es ausencia para las supervivientes, si alguna vez el ausente tuvo la fortuna de ser querido, deseado o simplemente necesitado, y ahora sólo añorado y recordado. La muerte debería ser un sueño, para todos. Buena suerte!

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